Cuando examinamos la materia, a menudo consideramos su tonalidad. El color es algo que observamos todos los días y puede transmitir mucha información sobre el contenido de un material. Por ejemplo, una manzana roja nos indica que no debemos clasificarla como un plátano. ¿Imagina si te dijera que los científicos pueden incluso usar el color para aprender más sobre los materiales? Es aquí donde entra en juego un proceso único conocido como espectrofotometría. La espectrofotometría es el estudio de cómo diversos compuestos absorben la luz y también cómo emiten luz. Al estudiar esta luz, los científicos pueden descubrir qué elementos o bloques de construcción están presentes en una muestra. Este proceso desempeña un papel crucial en muchos campos de la ciencia.
Este método es altamente efectivo para adquirir conocimientos sobre otros componentes. Por ejemplo, si los científicos quieren medir la cantidad de hierro en una muestra de suelo, utilizarían el espectrofotómetro AAS. “Todo lo que tienen que hacer es colocar la muestra de suelo en la máquina y esta les dirá: ‘Esta es la cantidad de hierro que tienes.’” El análisis de suelo es solo uno de los muchos usos del AAS; también se utiliza para examinar el entorno que nos rodea e incluso puede ser empleado en la investigación médica.
La AAS es muy útil en el campo de los estudios ambientales, ya que puede detectar cantidades muy pequeñas de algunos elementos. Si los científicos están probando una solución de agua para ver si hay metales dañinos (como el plomo o el mercurio) en ella, la AAS puede evaluar con precisión su presencia. Esto significa que pueden determinar si el agua es segura para beber o si contiene sustancias nocivas.
Algunas otras técnicas que los científicos pueden usar junto con la AAS para mejorar su aplicación. Una de estas métodos se conoce como espectrometría de masas con plasma acoplado inductivamente, o ICP-MS por sus siglas. Esta técnica permite a los científicos identificar cantidades aún menores de las que la AAS puede detectar. Y esto es particularmente útil para examinar la contaminación en el suelo o el aire, ya que reduce el ruido de fondo — los niveles base son tan bajos que aún pueden ser perjudiciales.
Incluso en el área médica, la espectrofotometría AAS es inmensamente útil. En investigación clínica, los científicos pueden usar AAS para cuantificar la concentración de un medicamento específico presente en la sangre de un paciente. Esta es una información necesaria para que los médicos conozcan qué tan efectivamente está funcionando el tratamiento. La composición de esas proteínas, podemos analizarla también por AAS debido a la importancia de esas proteínas en cada proceso en nuestro cuerpo.
La naturaleza no destructiva del AAS es una de sus mayores ventajas en la investigación clínica. Esto funciona porque los científicos no tienen que destruir la muestra para analizarla. Por ejemplo, un médico puede necesitar realizar un ensayo en una pequeña cantidad de sangre o tejido y usar AAS significa que no tienen que utilizar toda la muestra. Esto es particularmente útil para obtener muestras que son difíciles o costosas de recolectar.
La facilidad de uso es una característica distintiva de nuestros instrumentos orientados a la eficiencia. Da lo mismo si eres un químico analítico experimentado con décadas de experiencia en investigación o si acabas de comenzar tu carrera en química analítica, nuestros espectrofotómetros AAS te permitirán obtener los resultados deseados. Sabemos por nuestra propia experiencia que las herramientas que tienes a tu disposición pueden tener un impacto tremendo en la calidad del trabajo que produces.
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